Esta entrada se la dedico a mi perro, Gunter, que lo quiero como si fuera el hermano que siempre he querido tener y que aunque parezca mentira me entiende a la perfección.
Gunter es un perro especial porque era un perro guía de la ONCE, pero debido a problemas de salud lo jubilaron y se quedó en la asociación de perros guía. Ahora tiene 8 años, y aunque en perros grandes como los labradores la esperanza de vida no es tan larga como en los pequeños, ha superado sus problemas de salud y está fuerte y joven como si fuera un cachorro.
Ahora mismo no sabría vivir sin él.
Amar a los animales porque lo dan todo, sin pedir nada, porque ante el poder del hombre que cuenta con armas, son indefensos, son eternos niños porque no saben de odios ni guerras donde no conocen el dinero; y se conforman con sólo un techo donde guarecerse del frío, porque se dan a entender sin palabras, porque su mirada es pura como su alma, porque no saben de envidia ni rencores, porque el perdón es algo natural en ellos, porque saben amar con lealtad y fidelidad, porque dan vida sin tener una lujosa clínica, porque no compran amor, simplemente lo esperan; y porque son nuestros compañeros, eternos amigos que nunca traicionan, y porque están vivos.
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