miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un día en el Moncayo

El domingo pasado fui a pasar el día al Moncayo con unos amigos. Es la mejor época para ir porque con el cambio de estación los árboles cambian de color y está todo súper bonito. 
Entre otras cosas, vi la fuente del Apio, que discurría en un riachuelo el cual estaba todo lleno de helechos, y se le llama fuente del Apio porque todas las plantas de alrededor tienen forma de apio. Además el monitor medioambiental nos dijo que podía beberse agua de allí, aunque eso sí, a ver quién es el valiente porque estaba congelada.
Otra curiosidad es que en la falda del Moncayo estuvimos en una zona llena de encinas, y algunas de ellas tenían los troncos marcados de jabalíes que se habían rascado allí y dejado su olor. Y conforme íbamos subiendo se iban viendo las hayas, los acerolos... hasta que llegamos al bosque de abedules. 
Como último detalle cabe decir que buena parte de los árboles del Moncayo son pinos reforestados. 








Este árbol es un acebo.


Esta planta tiene la flor muy bonita, la cual tiene las hojas de una forma muy particular, diferentes a las demás. La planta es una madreselva silvestre.


Estas son las vistas desde arriba del Moncayo.






Estas plantas son muy curiosas porque su flor tiene forma de bolsita. Cuando hay viento se mueven y emiten un ruido similar al de un sonajero, para espantar a los animales. A esta planta se la llama espanta-lobos.

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